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domingo, 25 de abril de 2010

La Sensualidad del Delito (Parte 3)

Su rostro y el de Banchero aparecen ante mí como si viviera en el año 72, preguntándome a veces si ella ha pisado esta misma acera o ha comido en el mismo restaurante al que concurro, ya me lo han dicho: “Estás públicamente obsesionada con Eugenia Sessarego”, aun así hacer un retrato de esta dama es complicado, parece que la versión unánime de su culpabilidad, es lo que queda como recuerdo en todas las mentes a las que he entrevistado durante esta investigación: Un taxista me refiere a su gran ansia de poder y sus relaciones con hombres en cargos públicos de importancia, una mujer que me encuentro en el Archivo de “El Comercio” cree que ella es la principal sospechosa y posiblemente culpable absoluta, el representante de Oiga!, Jhon Bazán sostiene la posibilidad de que el nazi Klaus Barbie desalmado líder del holocausto de millones de judíos tiene mucho que ver en el crimen.

Luis Alberto Guerrero, ganador del premio nacional de periodismo en 1986 por su ensayo acerca de Banchero Rossi y encargado del caso por el diario “La Prensa”, tiene una opinión que culpa a Eugenia, no de haber maquinado tremendo crimen, sino de haber estado en conocimiento de la verdad y ocultado lo que realmente ocurrió aquel fatídico día:

“De primera impresión me pareció altiva y distante. Eran otros tiempos en que a las personas se les medía con otros criterios, porque más allá del económico aún subsistía el criterio social. Eugenia no había alcanzado el tope pese a su talento, pero ella se resistía a esa realidad y aspiraba a más. Su forma de demostrarlo era a su vez, apabullar a quienes estaba debajo y es así como a los periodistas nos miraba por encima del hombro, desde una altura que ella sabía que era precaria. Durante el proceso judicial y el juicio oral, Eugenia guardó la compostura que le exigía su rol de indeseada protagonista de un drama nacional. Lucía más como una modelo de pasarela que como acusada de cómplice de un crimen horrendo, que conmocionó a los limeños, y a los peruanos en general. Eugenia era una diva por decisión propia. Contestaba con aplomo. Pienso que quizás se había anticipado a las preguntas y que había estudiando y contrastado cuidadosamente cada respuesta, trataba de ser convincente. Mayormente no mostraba emociones, sus músculos faciales no se contraían, tampoco sonreía. Nunca dijo algo que pudiera, en medio del drama, parecer coloquial. Hizo lo mejor que pudo su papel de víctima. En conclusión era una mujer calculadora, que se había visto envuelta en este asunto en forma deliberada. Tengo la impresión que sabía mucho más...”

Eugenia despertó gran interés y admiración en numerosos personajes públicos; de ella se enamoraron muchos no solo Banchero quien no encontrara mejor ni más eficiente secretaria y compañía, John Hall que por un tiempo fue detenido e incriminado en el caso, o Villanueva del Campo con quien se dice tuvo una relación tormentosa durante los años 80, sino que Augusto Polo Campos, nuestro ilustre compositor también habría caído en las redes de su belleza e inteligencia, la visitaba todos los domingos religiosamente en la cárcel de chorrillos, durante el largo tiempo que fuera recluida y de allí que saliera el famoso vals “cada domingo a las 12 después de la misa”.

En oposición aparecen dos aspectos: la fealdad de Juan Vilca, que le mismo no podía resistir y que según declaró fue uno de los móviles para asesinar a Banchero y la belleza de Eugenia que la hacía cómplice y la mostraba como una mujer calculadora y amante de poder que había logrado la confianza de su jefe para luego traicionarlo

- Si?

- Con Eugenia Sessarego?

- ¿qué desea?

- Me gustaría saber si la señora Sessarego podría responder algunas preguntas ya que la he elegido como personaje de perfil en mi clase de periodismo, ya que he leído mucho sobre ella y la admiro también.

- no la entiendo ¿Qué dice?

- Que me gustaría saber si es posible que la señora Sessarego pudiera responder algunas preguntas, hacerle una entrevista ya que la he elegido como personaje de perfil en mi clase de periodismo

- No, no, no, no es posible


Su respuesta es tajante, su voz desde el comienzo es hosca, brusca y defensiva, no necesité confirmar que era ella, su tono era la prueba; había un ligero tono de indignación, de sorpresa, pero su negativa resultaba rotunda y su posición inamovible.

Tal vez Eugenia Sessarego en la memoria de los peruanos vaya desapareciendo. Lo cierto es que ha sido imposible demoler a esta mujer de extraordinaria fuerza.

¿Quién es Eugenia? Aun me lo pregunto, un enigma…quizás ella y la incógnita de su pasado, sean una realidad tan cambiante como lo fue aquel año 1972 donde mientras los peruanos se recuperaban se las celebraciones del nuevo año vieron nacer con aquel horrendo crimen la confusión, la injusticia y el misterio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tiestox Definitivamente voy a recomendar a mis amigos free iPhone
tiestox 7448

Unknown dijo...

Hace unos dias vino fuertemente a mi pensar en Luis Banchero y, sobre todo, en Eugenia Sesarego. Y, ahora, buscando qué información había sobre ellos en la red, he llegado a su blog y a sus crónicas sobre este caso, que sucedió en el año que cumplía yo 12 años.
Me ha impactado leer nuevamente sobre ellos, y llevado en mucho por la calidad con que usted nos trasmite sus emociones propias al narrar los hechos y los que les suscita Eugenia.
Saludos!.